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domingo, 5 de febrero de 2012

Seguridad vial y siniestralidad laboral

Hoy en día no concebimos la idea de vivir sin coche. Las ciudades cambian, se amplían al extrarradio y a su vez crecen los polígonos industriales, por lo que cada vez es más habitual residir o trabajar en la periferia.
El coche se ha convertido en una necesidad. El paso siguiente a sacar el carné de conducir es tener un coche propio. En las familias es cada vez más frecuente que cada conductor tenga su vehículo. Así pues, cada día somos más en la carretera.
Y ¿para qué usamos el coche? Para ir de vacaciones, hacer la compra en grandes superficies, etc. Pero si analizamos el tiempo que pasamos conduciendo, la mayoría es para ir y volver del trabajo, o para desplazarse dentro de la jornada de trabajo.

Si bien en los últimos años las cifras de accidentes laborales con baja y los siniestros mortales han ido disminuyendo, los accidentes in itinere han seguido la tendencia contraria.
La conciencia preventiva con respecto a los accidentes de trafico por razón del trabajo, está menos desarrollada que para el resto de riesgos laborales.

Los accidentes de tráfico son un peligro que pocas veces percibimos porque conducir es una situación a la que estamos acostumbrados y en la que nos sentirmos seguros: “a mí no me va a pasar nada”.
La carretera es el lugar más inseguro para muchos trabajadores
Si preguntamos a la mayoría de conductores qué tal son al volante, pocos reconocerán que no conducen bien. Si por el contrario preguntamos qué tal conducen el resto de usuarios que se cruzan en su camino habitual, sin duda harán referencia a numerosos conductores que hayan demostrado irresponsabilidad. ¿Qué es lo que ocurre? ¿Las prisas? ¿El exceso de confianza?.

         La seguridad vial consiste en la prevención de accidentes de tráfico o la minimización de sus efectos. También se refiere a las tecnologías empleadas para dicho fin en cualquier vehículo de transporte terrestre (autobús, camión, automóvil, moto y bicicleta).

Pensamos que la mayoría de los accidentes son casuales, fortuitos, cosa del destino o por mala suerte; en resumen, los consideramos inevitables. Estar en el momento y lugar equivocado. Esta creencia es totalmente errónea.
Los accidentes son previsibles y evitables. Son “la punta del iceberg”, el indicador de un problema muy extendido. Por cada accidente ocurrido hay gran cantidad de sucesos que podrían haber terminado en accidente y gran cantidad de acciones inseguras e incorrectas en la carretera. La OMS (Organización Mundial de la Salud), en el año 2004, estableció que “la seguridad vial no es accidental”.
Los accidentes de tráfico son un problema grave de salud. Suponen la primera causa de Años Potenciales de Vida Perdidos (indicador de muerte prematura) para ambos sexos, mayor que el cáncer o las enfermedades cardiovasculares. Es la primera causa de muerte en jóvenes de 15 a 24 años.


Establecimiento de un plan de acción:


La gestión de la información, gracias al trabajo de análisis y a la movilización de los actores en la empresa, permite llegar al establecimiento de un plan de acción en el que se toman medidas relativas a los siguientes puntos:
I Dirección y comunicación interna en la empresa. I Organización de los desplazamientos. I Perfeccionamiento de los conductores. I Estado de los vehículos.
I Trayectos domicilio/trabajo. I Acceso del a empresa y el aparcamiento.
Habrá que seleccionar las acciones según varios criterios: importancia o urgencia del riesgo, facilidad de puesta en marcha, coste de la inversión, eficacia esperada, etc.
Acciones incluso modestas, podrán servir de punto de partida, pero es indispensable que la empresa tenga una visión global de lo que se plantea hacer para planificar estas acciones en el tiempo.
Para pasar a la acción, la dirección de la empresa deberá disponer de un programa de implantación de estas medidas que implique a la jerarquía, personas, recursos, servicios varios de la empresa así como medios materiales, financieros y económicos.
La empresa podrá también apoyarse en concursos exteriores: recurso a prestatarios de servicio, oficinas de estudios u organismos de formación. También podrá recurrir a socios públicos –servicio de prevención de seguro de enfermedad, jefe de proyectos de seguridad en la carretera y colectividades territoriales– que le ofrecerán una ayuda (asesoramiento, ayuda material y eventualmente financiera) para llevar el proyecto.
Para llevar a cabo su proyecto, la empresa deberá disponer instrumentos de seguimiento tales como un cuadro de mando, indicadores de realización, que le permitirán analizar los resultados y proceder a eventuales reajustes. Servirán también para valorar las acciones llevadas con las personas interesadas y localizar el impacto de estas acciones sobre la tasa de accidentes.


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